¿Sabéis lo que es esto? Es un recuerdo que me traje de México, esa tierra fascinante de color, paisajes y gente maravillosa. Riviera Maya fue el destino que elegimos mis amigas y yo para realizar nuestro viaje de fin de estudios de la universidad, y tras muchos meses de ahorrar logramos reunir todo el dinero para cruzar volando el océano. Uno de los días fuimos a Chichén Itzá, donde además de las impresionantes pirámides había muchos puestecitos de regalos –en los que me desplumaron todo lo que quisieron porque regatear se me da fatal-. Una mujer tenía un puesto donde podías encontrar calaveritas pintadas con preciosos diseños, y yo elegí esta.
La cultura mexicana tiene una visión de la vida muy relacionada con la muerte, pero de una forma muy alejada a la española. Y eso repercute en su festividad del Día de los Muertos, fecha en la que se recuerda a los que se han ido con una gran fiesta llena de alegría, color y humor. Es el día en el que los muertos regresan del más allá, para convivir 24 horas con los vivos, y por ello no hay que estar triste sino contento por su compañía. Es el día en el que los Mexicanos se ríen de la muerte y la caricaturizan. ¡Esto es lo que tendríamos que celebrar en España, y no una fecha dedicada a llorar que sólo da disgustos!
Uno de los caricaturistas de la muerte que ha hecho popular esta fiesta fue el dibujante José Guadalupe Posada, al que hoy dedico esta entrada.
José Guadalupe Posada
«La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera».
J.G.Posada
La obra artística de Posada permite apreciar su gran ingenio y creatividad, pues los derrocha en cada trazo. José Guadalupe Posada (1852-1913) fue un magnífico dibujante y grabador que definió el futuro del arte mexicano retratando la vida en el país durante la Revolución con un corrosivo humor ácido. Entre hambrunas, epidemias y luchas por el poder, este artista logró plasmar su particular visión de México. Un México en el que, tristemente, lo cotidiano y la muerte estaban demasiado cerca.
Desde pequeño, Posada se dedicaba a dibujar y lo hacía con tanta pasión que finalmente convenció a su padre de que le dejara dedicarse al arte. Y lo que mejor se le daba era hacer caricaturas. De este modo, se introdujo en el mundo del periodismo y de la prensa como dibujante, y logró publicar sus primeras viñetas cuando cumplió los 19 años.
Pero su familia seguía mirando con malos ojos su vida bohemia y despreocupada de artista, así que se empeñaron en conseguirle un trabajo formal y serio con el que pudiera ganar dinero o conseguir una buena esposa, y se dejara de pintar monigotes. Ya sabemos cómo son los padres. Así pues, José se hizo maestro en la Escuela Preparatoria de León (Guanajuato), donde pasó 5 años dando clase… pero sin dejar de lado lo que le gustaba, ilustrar y grabar imágenes, para la desazón de sus progenitores. Sin embargo, la tranquilidad no duró demasiado: graves inundaciones asolaron León en 1888 y lo obligaron a dejar atrás su vida anterior.
La suerte le sonrió, sin embargo. Cuando a los 35 años llegó a Ciudad de México, abrió su propio taller y le empezaron a llover ofertas de trabajo de diferentes empresas y editoriales, así que estuvo bastante ocupado. Igual ilustraba una corrida de toros que retrataba un crimen, o trataba hechos políticos, accidentes y hasta pronósticos del fin del mundo. Su nombre cobró una fama inesperada y su cotización se disparó, alcanzando cimas que pocos meses antes le habrían parecido inimaginables. Así que tuvo tiempo de experimentar con otras técnicas y crear las suyas propias.
Las ideas progresistas de Posada lo llevaron a sendas cada vez más críticas: bocetos satíricos que elaboraban una crónica de la vida mexicana de la época o ponían de relieve el sufrimiento de su pueblo bajo el yugo de los grandes terratenientes, que corrompían la vida política. Y por eso José Guadalupe Posada no caía bien a los poderosos, que lo metieron en la cárcel en más de una ocasión para intentar acallar su voz -o su mano creadora-. Durante su vida hizo más de 20.000 grabados, y podría clasificarse como expresionista, puesto que recrea con extraordinaria imaginación, gran sentido humorístico y profunda capacidad crítica las lacras, miserias y prejuicios de la realidad social y política de su época.
Su obra
Su obra abarca múltiples temas, entre los que cabría destacar las célebres «calaveras» o imágenes de ultratumba. Y la más célebre de estas imágenes no es ni más ni menos que ‘La Catrina‘, originalmente llamada La Calavera Garbancera. Y es una genial historia, puesto que «Garbancera» es la palabra con la que se conocía entonces a las personas que teniendo sangre indígena fingían ser europeos para darse aires… porque en aquél entonces, ser europeo era lo más cool y lo más pijo que había. Te lo juro por la hierba que se come el caballo de Polo Ralph Lauren. Originalmente Posada creó este esqueleto, adornado con un sombrero con plumas, para satirizar las pretensiones de las mujeres de la clase alta mexicana.
No se hizo famosa instantáneamente, sino que no lo fue hasta que el mujeriego DIEGO DE RIVERA (marido/amante de Frida Kahlo, cuya preciosa historia contamos en esta entrada) la bautizó como ‘La Catrina’ en su obra ‘Sueño de una tarde dominical en la alameda central‘:
Aquí la tenemos, acompañando del brazo a su creador original, José Guadalupe Posada, y ataviada con su bonito sombrero de plumas… pero eso sí: hoy va vestida.
A partir de esta representación, La Catrina tomó fuerza como personaje para el Día de Muertos que se celebra en todo el país y a la cual se le hace relación directa con la burla y la sátira, en donde el mexicano se distingue del folclore por su fiesta y juego hacia el personaje que remite a la muerte, pero también al misticismo.
Como un último apunte sobre Posada, hay que decir que basó su idea de retratar la sociedad como esqueletos vivientes tanto en la cultura milenaria mexicana como en un género artístico del medievo que llevaron los españoles a México: La Danza Macabra. El tema de estas obras era que la muerte era universal y llegaba para todos sin importar la clase social, la edad o la riqueza.
.
Artistas influidos por José Guadalupe Posada:
- La iconografía creada por Posada puede verse hasta en el cine. Una pequeña muestra es este precioso corto de animación:
- Una artista de hoy en día que ha alcanzado gran fama internacional es Sylvia Ji (cuyo blog podéis visitar aquí).